La trama de la novela es una parte aventura y otra parte filosófica gracias a un narratólogo que, al cabo de los años encuentra el manuscrito donde Aloof dejó registrada una de sus aventuras y gracias a Lord Redkins, un aventurero reflexivo.
El narrador es un profesor universitario jubilado, experto en narratología, que encuentra el manuscrito inédito de un oficial del ejército de un país, viajero y aventurero. La novela va de uno a otro de estos dispares materiales: por un lado, el diario del teniente Aloof; por otro, los comentarios del narrador sobre el manuscrito.Pero no son dos líneas narrativas paralelas sino convergentes: la vida carente de exterior y de significación del narrador se ve impregnada por “la copiosa significatividad de la vida del lugarteniente” hasta volverse él mismo a su vez “significativo e interesante”.
Será, ha confesado «muy corto, con aproximadamente 250 páginas para leerlo en tres horas, y espero que sea bonito y que se venda», ha dicho Álvaro Pombo. Yo sería incapaz de leerme 250 páginas en 3 horas, aunque habría que ver como están escritas, no es lo mismo que se escriban sin un punto y aparte y sin capítulos que con muchos capítulos y mucha zona sin escribir.
A mí me pasa lo mismo que tú atapuerques. El problema es que lo haría siempre y me dejo los ojos.jejeje.
ResponderEliminarMe alegro de que te gusten las reseñas y espero que alguno de los libros te suscite tanto interés que vuelvas a leer de vez en cuando.
Un saludo y gracias por tu comentario.