Sinopsis: ¿Qué ha podido empujar a tres hombres normales y corrientes —un topógrafo, un contable y un arquitecto— al desesperado acto del suicidio?
Esa es la cuestión a la que se enfrentan el inspector jefe James Talbot y la periodista Catherine Reed, quienes tendrán que relacionar estas muertes con una serie de profanaciones en el cementerio local. Cada tumba exhumada pertenece a un niño. Mientras Catherine investiga estas atrocidades, su hermano descubre que varios de los alumnos del colegio en el que da clases muestran claros signos de abuso físico. Al parecer, lo que todos temían se está convirtiendo en realidad… una red de pedofilia a gran escala.
Pero la sombra del abuso infantil no es más que la punta de un iceberg aterrador. A medida que se hace más urgente averiguar la verdad, Catherine y Talbot descubren que algo mucho más oscuro podría estar detrás de todo aquello, algo que no solo pone en peligro sus vidas, sino también su cordura.
Para los que no la conocéis, la editorial Tyrannosaurus está especializada en terror y ciencia ficción y lleva desde 2009 publicando títulos de lo más interesantes. Yo he tenido la suerte de poder disfrutar de
El puente del diablo de
Luis Guallar y
Cinco tumbas sin lápida del magnífico
Tony Jiménez.
En esta ocasión y gracias a la traducción de Javier Martos he podido disfrutar de una novela en la que se mezclan tanto el terror como el thriller aunque yo la calificaría más como la segunda.
La novela comienza muy fuerte, un hombre aparentemente feliz está en una estación de metro y decide llevarle un detalle a su mujer. Una vez comprado se dirige al andén y allí sin pensárselo dos veces se tira al paso del metro. ¡No tiene ningún sentido!!.
El encargado del caso es James Talbot, un policía solitario de 36 años al que una periodista (Catherine Reed) le acusó de brutalidad policial hacia un detenido y fue investigado por ello. Ahora se tendrá que enfrentar otra vez a esta mujer y a su pasado para resolver una serie de muertes que aunque en apariencia son suicidios, esconden algo más.
Como segundo hilo de la novela están las profanaciones de tumbas de bebés y los supuestos abusos que están recibiendo jóvenes del instituto donde trabaja el hermano de la periodista Catherine Reed.
¿Qué relación puede haber entre unos suicidios, unas profanaciones de tumbas y los abusos? Temas tan dispares dan lugar a una novela bien escrita, cargada de misterio y llena de tintes dramáticos gracias a los personajes principales que nos relatarán sus miedos, traumas y anhelos.
El final, abierto en parte, me deja con las ganas de ver publicada en español la continuación de esta historia que me ha tenido pegada a sus páginas esperando los resultados de las investigaciones para ver que hay detrás de toda la trama y el devenir de las vidas de Catherine y Talbot.
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Si os gustan los thriller con tintes de terror no hay duda de que esta novela tiene que caer en vuestras manos. Qué, ¿os animáis con Ángeles robados?.
Puntuación: 7/10.
Felices Lecturas.