BABUJAL, Darío Vilas.

Sinopsis: Ana, felizmente instalada en París, recibe en un mismo día dos llamadas telefónicas que alteran su existencia cotidiana y la obligan a regresar a España: por un lado, su yerno le comunica que va a ser abuela y, por otro, la informan de la muerte de Alfonso, su padre, un héroe de guerra condecorado, al que siempre se había sentido muy unida. Pero regresar al caserón familiar en el que ella y sus hermanas fueron criadas por una sirvienta cubana de su padre, Hada, tiene su precio: forzar a Ana a recordar su vida anterior.

Aunque muchas cosas han cambiado en esos años, muchas otras, visibles e invisibles, permanecen ligadas a la antigua vida en el caserón. Por la infancia y adolescencia de Ana deambulan los ecos de sangrientos episodios de la guerra civil, un crimen cometido hace más de dos décadas todavía por resolver, y una palabra inquietante y amenazadora que no puede pronunciarse: Babujal. Ana tendrá que reconstruir el pasado y encarar una existencia hasta ahora en construcción permanente, cuyos cimientos ha visto resquebrajarse una y otra vez. Y tendrá que decidir entonces entre enterrarlo definitivamente o enfrentarse a él con todas las consecuencias.

Que me gustan las novelas ambientadas en épocas pasadas es algo más que sabido, pero si encima tienen algún crimen o misterio se convierten ya en un imprescindible.
Aunque no he leído nada de Darío Vilas, lo conocía por haber escrito una novela de curioso título: El hombre que nunca sacrificaba a las gallinas viejas. Es un autor de literatura fantástica y de terror que ha decidido probar suerte en el género histórico y, en mi humilde opinión, creo que ha salido muy bien parado.

La historia está ambientada en España en tres épocas diferentes: la guerra civil, los años 50 y finales de los 70. Nos narra la vida de una familia en la que varios de sus miembros quedarán marcado por un acontecimiento.
En los años 70 Ana, que vive en Francia, recibe una llamada en la que le informan de la muerte de su padre al que estaba muy unida pero con el que tenía poco contacto. Decide viajar a España pese a que ello le va a traer a su mente los recuerdos de los que está huyendo.
A través de capítulos alternos el autor nos irá relatando tanto la vida del padre cuando era soldado en el bando nacional durante la guerra civil, la vida familiar durante los 50 en la finca El Catalar, narrándonos el suceso que lo cambió todo y, por último, cómo afronta Ana todos esos recuerdos y como encara la vida a partir de ese momento.

Me ha dado mucha pena Ana, la protagonista. Aunque tenía madre ésta no ejercía como tal y solo le importaban las apariencias. Gracias a Hada, una mujer cubana, sentirá lo que es el cariño y el aprecio que su madre no le da.
Las familias de clases adineradas en aquella época me da que eran casi todas cortadas por el mismo patrón, tenían los hijos y luego apenas les hacían caso, eran cuidados por niñeras o institutrices que a la postre eran mucho más queridas que sus propias madres.

El autor también nos relatará la crudeza de la guerra civil centrándose en lo que aconteció en Belchite, una ciudad marcada que todos conocemos. Ambos bandos salen mal parados, en los dos hay asesinos despiadados y ninguno puede salir con la cabeza alta.

Me ha gustado mucho el misterio que rodea la casa durante los años 50, la presencia del Babujal (un demonio) y el crimen que asola la vida familiar durante la comunión de las hermanas de Ana hace que quieras seguir leyendo para descubrir si esa presencia es fruto de la superstición o hay algo real tras ella.

En conclusión, si os gustan las novelas costumbristas con un toque de misterio Babujal os podría gustar. Darío Vilas relata una historia sobre los claroscuros de una familia marcada por la tragedia que tendrá que hacer frente a un pasado que todavía no se ha cerrado.

Puntuación: 7/10. Me hubiera gustado algún giro más en la historia, hubiera tenido más gancho.

Precio: 19 € y 280 páginas. Stella Maris.

Felices Lecturas.