Un implacable asesino siembra la ciudad de cadáveres dejando un naipe sobre el cuerpo de sus víctimas. Cuando la policía de la comisaría de Leganitos ha agotado todos sus recursos, y además hay naipes de por medio, acude a Julio Cabria, detective y ludópata, superviviente a partes iguales del juego y de la calle. En un Madrid de timbas clandestinas, curas que intercambian información por cocaína, policías con problemas y policías que son un problema, apariciones demoníacas y peligrosos secretos escondidos en chalets de la sierra de Guadarrama, Cabria se enfrentará a un nuevo golpe de mala suerte en su ya maltrecha biografía; un caso endiabladamente enmarañado cuyos hilos, a medida que tira de ellos, parecen ceñirse cada vez más en torno a su propio cuello.
Me ha parecido muy curioso que impar y rojo es la última frase de la novela A timba abierta, la primera novela policiaca de Óscar Urra. Actualmente está trabajando en una tercera parte con el mismo protagonista el detective Julio Cabria.
Yo tengo que decir que la novela negra y yo, aunque no estamos divorciados, sí estamos separados. Después de leerme casi entera y seguida aquella colección de novela negra que saco El País; me saturé para el resto de mi vida. Yo es ver una novela negra y echarme para atrás. Pero como sé que tiene muchos seguidores, aquí lo dejo plasmado.
Felices lecturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario